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Módulo 1

1.1. Definición

La acción de un medicamento puede alterarse por la acción de los alimentos, por la enfermedad o por las características del paciente, pero, en este curso, vamos a centrarnos en las interacciones fármaco-fármaco, incluida la fitoterapia, que se producen en el interior del organismo, por la gran importancia que tienen en la práctica clínica, y porque es un aspecto en donde la aportación del farmacéutico puede ser fundamental.

Idea clave

Una interacción farmacológica se produce cuando la actividad o el efecto de un fármaco se ven alterados por la presencia o por la acción de otro. En todas las interacciones hay por lo menos un fármaco objeto, cuya acción es modificada por la de otro, el fármaco precipitante, y en algunas ocasiones ambos fármacos pueden ser precipitantes y objetos a vez.

Cabe destacar que en la terapia farmacológica, a menudo, se asocian fármacos para obtener éxitos terapéuticos, evitando o minimizando los efectos adversos. El éxito obtenido hace que sean asociaciones frecuentes en la clínica. Son un ejemplo de ello la combinación de diuréticos e IECA, en el tratamiento de la hipertensión arterial; corticosteroides y beta-adrenérgicos inhalados, en el control del asma; ritonavir y otros inhibidores de la proteasa para obtener concentraciones terapéuticas de los antirretrovirales. Son interacciones farmacológicas beneficiosas.

Otras interacciones, la mayoría, las que más preocupan, son las que pueden poner en peligro la vida del paciente, por fracaso terapéutico o por toxicidad. La frecuencia con que aparecen y la intensidad del efecto van a determinar la importancia clínica de la interacción.

Otras variables que pueden influir en la aparición y consecuencias de la interacción son edad, sexo, características morfométricas y aspectos fisiopatológicos de los pacientes, sin olvidar los polimorfismos genéticos, que gracias a los avances de la investigación en esta área van adquiriendo una importancia cada vez mayor.