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Profesor
Módulo 3

3.1.1.1. Importancia de los polimorfismos del CYP3A5

Debido a la utilización de fármacos inmunosupresores, el transplante de órganos se ha transformado en el tratamiento de elección para pacientes con enfermedades crónicas asociadas a un fallo en un órgano determinado (riñón, hígado, etc.). Actualmente, los fármacos inmunosupresores más utilizados son la ciclosporina y los inhibidores de la calcineurina (tacrolimus), a pesar de presentar un estrecho margen terapéutico y una elevada frecuencia de aparición de RAM.

El éxito de un transplante de órganos depende del equilibrio entre la inmunosupresión y el rechazo. Por lo tanto, el mantenimiento de las concentraciones plasmáticas adecuadas (dentro del rango terapéutico) de estos fármacos cumple un rol fundamental, debido principalmente a que la farmacocinética de ellos es muy variable e impredecible. Es en este punto, donde la farmacogenética ha podido ser un aporte en los últimos años20.

El CYP3A4 y CYP 3A5 serían los responsables de la metabolización tanto de ciclosporina, como de tacrolimus, y por lo tanto los polimorfismos genéticos de ellos podrían estar asociados con la velocidad de eliminación de estos dos fármacos. Con respecto a tacrolimus, en diversos estudios20-21 se ha demostrado que aquellos pacientes que presentaban el polimorfismo CYP3A5*3 presentaban concentraciones plasmáticos mas elevadas del fármaco, con respecto a los pacientes con el polimorfismo CYP3A5*1. Actualmente, se ha propuesto la determinación del genotipo del CYP3A5, previa a la realización del transplante, para de esta manera, poder monitorizar la dosis de Tacrolimus a administrar.

Idea clave

Esto significa que aquellos pacientes que presentaban el polimorfismo para el alelo menos frecuente CYP3A5*1, deberían tener requerimientos de dosis de Tacrolimus, mayores que los sujetos con CYP3A5*3, que no expresan esta enzima y que, por lo tanto, tenían un metabolismo defectuoso del inmunosupresor.

Con respecto a la ciclosporina, un estudio demostró que las concentraciones mínimas de los pacientes que presentaban el polimorfismo CYP3A5*3 era 1.6 veces más alta con respecto a los pacientes con el polimorfismo CYP3A5*1.

Otro de los CYP que podría estar implicado en las modificaciones a la farmacocinética de ciclosporina es el CYP3A4. En algunos estudios se ha observado, que aquellos pacientes que presentan el polimorfismo CYP3A4*1B han demostrado presentar un aclaramiento mayor del fármaco, en comparación con los pacientes que presentan el polimorfismo CYP3A4*1A22. Pero, debido a que sólo se han realizado un número limitado de este tipo de estudios, no existen recomendaciones específicas de la realización de test farmacogenéticos de este CYP antes del transplante.

A modo de resumen podemos destacar que la principal utilidad de los estudios farmacogenéticos relacionados con el CYP3A estaría relacionado con la terapia inmunosupresora en los pacientes transplantados.

Tabla 1. Polimorfismos clínicamente relevantes en el CYP 3A5
Gen Polimorfismo Sustrato Situación fisiológica relacionada
CYP3A5 *3 Tacrolimus Requerimiento de dosis más bajas

Actualmente, algunos estudios han cuestionado la utilización de una sola prueba farmacogenética para determinar la dosis a utilizar en un determinado paciente a transplantar, ya que éste es sólo uno de los factores que pueden estar relacionados con las concentraciones plasmáticas del inmunosupresor. Recientes estudios han mostrado la importancia del gen MDR1 ó ABCB1 relacionado con la expresión de la glicoproteína-P, bomba de eflujo que participa como un sistema de protección en las células.