CONSIDERACIONES SOBRE DIAGNÓSTICO DE IPPB
CLÍNICO: Fácil en cuadros de gran expresividad (celulitis, erisipela, gangrena gaseosa…) pero complicado en otras (a veces la fascitis necrosante).
Es fundamental determinar la profundidad de la lesión (estructuras involucradas, existencia o no de necrosis, grado de afectación sistémica...).
LABORATORIO: Hipocalcemia y aumento de CPK (>10 veces lo normal) sugieren necrosis tisular. Proteína C reactiva muy elevada. La leucocitosis es frecuente en erisipela, impétigo, linfangitis, celulitis, fascitis necrosante y en algunas de las de origen secundario.
MICROBIOLÓGICO: Hemocultivos (bajo % de positivos). Cultivo de exudado (mejor punción o aspiración que frotis superficiales porque se contaminan).
IMAGEN: Rx (pueden identificar gas), ECO, TAC, RMN (especialmente en fascitis necrotizante).
Las infecciones necrosantes de tejidos blandos se deben sospechar en pacientes con celulitis que presentan necrosis cutánea, flictenas, dolor local desproporcionado, crepitación a la palpación, elevación de CK o datos sistémicos de infección grave (hipotensión, coagulopatía de consumo, insuficiencia renal, etc.)