Desarrollo Profesional ContinuoSociedad Española de Farmacia Hospitalaria

Área: AFT al paciente con enfermedades infecciosas Ir a Diagrama de Áreas de Formación de la SEFH

Competencia: Atención farmacoterapéutica al paciente con infección del tracto respiratorio inferior

Atención farmacoterapéutica al paciente con infección del tracto respiratorio inferior

INTRODUCCIÓN

Basada en el capítulo 116 de Dipiro JT et al. Pharmacotherapy: A Pathophysiologic Approach, 8e

El tracto respiratorio tiene un elaborado sistema de defensa, incluida la inmunidad humoral y la inmunidad celular. Cuando los mecanismos de defensa funcionan correctamente son muy eficaces en la protección contra los patógenos y la eliminación de los agentes potencialmente infecciosos.

La mayoría de las infecciones pulmonares comienzan por la colonización del tracto respiratorio superior con patógenos potenciales, que después de alcanzar concentraciones suficientemente altas, acceden al pulmón a través de la aspiración de secreciones orofaríngeas. Menos comúnmente, los microorganismos acceden al pulmón a través de la sangre a partir de un origen extrapulmonar o por inhalación de partículas aerosolizadas. Los factores del huésped, tales como la edad y las características anatómicas de la vía aérea junto con las características especificas del agente infeccioso condicionan el tipo de infección pulmonar.

Las infecciones más comunes del tracto respiratorio inferior son la bronquitis, bronquiolitis y la neumonía. Las infecciones de las vías respiratorias inferiores frecuentemente son causadas por virus o bacterias. El diagnóstico de infecciones virales se basa esencialmente en el reconocimiento de una serie de signos y síntomas clínicos. Dado que el tratamiento es en gran medida de soporte, sólo ocasionalmente se requiere confirmar el diagnóstico (pruebas serológicas, cultivo o detección de antígenos en las secreciones respiratorias). Por el contrario, la neumonía bacteriana, generalmente requiere tratamiento antibiótico y la elección del tratamiento depende, en gran medida, de los factores de riesgo del paciente y de los patógenos que predominan en la comunidad. La faringe está colonizada por microorganismos que pueden provocar neumonía, por lo que el cultivo de esputo puede inducir a error a menos que la muestra tenga su origen en el tracto inferior. Por otro lado, la tinción de Gram, con frecuencia es capaz de estrechar el diagnostico diferencial microbiológico lo suficiente para permitir una terapia inicial dirigida. Además, la neumonía promueve la liberación de mediadores inflamatorios y proteínas de fase aguda como la proteína C reactiva, que esta significativamente elevada en el suero en presencia de infección del tracto respiratorio.