Tratamiento
1. Control del foco infeccioso.
- Consiste en la eliminación de la fuente de infección y la contención de la contaminación y disminución del inóculo, con la máxima restauración anatómica y funcional posible.
- Puede hacerse por drenaje percutáneo guiado por técnicas de imagen o intervención quirúrgica.
2. Restauración hemodinámica y soporte vital.
- La reposición agresiva y precoz de fluidos intravenosos y la terapia de reemplazo de electrolitos son esenciales.
- Una causa común de muerte prematura es el shock hipovolémico causado por unos inadecuados volumen intravascular y perfusión tisular.
- Fluidoterapia:
- Tiene como objetivo mantener un suficiente volumen intravascular para asegurar unos adecuados gasto cardíaco y perfusión tisular, y corregir la acidosis.
- Soluciones:
- S. fisiológico o glucosalino con ClK (20 mEq/L).
- Si acidosis: Ringer lactato.
- Velocidad: inicial hasta 1 L/hora para restaurar volumen intravascular y después reponer pérdidas.
- No ClK si hiperkalemia o insuficiencia renal.
3. Terapia antibiótica adecuada y precoz.
- La adecuada elección del tratamiento antibiótico y su comienzo precoz son factores que mejoran el pronóstico de los pacientes con infección abdominal.
- La elección del tratamiento antimicrobiano empírico inicial debe considerar los siguientes puntos:
La posible microflora bacteriana causal y su patrón de sensibilidad a los antimicrobianos.
- La existencia de factores coadyuvantes capaces de modificar el curso evolutivo de la infección.
- La adquisición comunitaria o nosocomial.